La tumba metabólica, tan escalofriante como suena
Si llevas toda la vida queriendo bajar de peso, seguramente te has enfrentado (más de una vez) al momento donde ya no bajas más. No importa cuántas dietas hagas o qué ejercicios tengas en tu hogar, tu peso se rehúsa a bajar.
¿Te suena conocido? Te cuento más de ello.
¿Qué es eso?
Comencé a investigarlo cuando mi mejor amigo me comentó que él y su novia ya no bajaban de peso. Que no entendían qué sucedía porque habían tenido una dieta bastante equilibrada (o eso creímos todos) sacada de un libro y después de bajar de maravilla por dos semanas ahora estaban “estancados”. El libro no sugería ejercicios y ellos lo hacían, así que en teoría deberían haber incluso bajado más de lo propuesto, ¿o no?
Tu cuerpo es muy sabio. Detecta el tipo de alimentación que llevas y se adapta; además, si consumías 1,800 calorías en un inicio y mantienes el mismo número en todo tu proceso, es evidente que tu cuerpo no seguirá necesitando 1,800 al final, pues ya no pesas lo mismo. ¿Debes entonces bajar las calorías cada vez? No, tampoco es la respuesta adecuada.
La tumba metabólica es esta adaptación de tu cuerpo a utilizar lo que le das para mantenerse y si es muy poco va a acumular todo lo que consumas y lo que va a soltar será lo indispensable.
¿Cómo salir de ella?
Si reducir aún más el número de calorías consumidas, mantener la dieta y hacer mucho ejercicio no son la solución, ¿qué sí lo es?
En realidad, una alimentación equilibrada con un ajuste de calorías de acuerdo con lo que necesitamos (aunque nos pueda parecer mucho si son 2,500 calorías, por poner un ejemplo), un ejercicio estable y no excesivo (mejor si nos enfocamos en crear músculo y no solo en ejercicios aeróbicos), conservar un equilibrio (evitar excesos de comida) y reducir gradualmente tu consumo de calorías sin exceder de las 500 kilocalorías menos de lo que necesitas, son la receta perfecta para salir de tu tumba metabólica y además mantenerte fuera de ella.
¿Sabes qué hicieron mis amigos? Suspendieron la dieta por completo, se tomaron una semana “normal” buscando no excederse, recalcularon lo que necesitaban (lo mejor es hacerlo de la mano de un especialista de la salud) y disminuyeron un poco la cantidad de ejercicio que hacían. Poco a poco volvieron a bajar de peso.
Recuerda que las dietas “milagro” o de mucho déficit calórico son terribles para tu organismo; si haces una de estas puedes prepararte para algo tan inquietante como la tumba metabólica.
Mejor, con paciencia y constancia, adquiere el cuerpo que quieres y no se irá jamás, aunque no olvides que otro importante motivo siempre puede ser el factor mental: creer en ti. Si quieres un poco de ayuda en ello, no dudes en inscribirte al programa de Yola Padilla “Mente sana, cuerpo ideal”. >
Cuéntanos si padeces de una tumba metabólica donde, hagas lo que hagas, estás “estancado”.
Yola Padilla
Creadora del programa “Mente Sana Cuerpo Ideal”
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