¿Es bueno comer verduras congeladas?
Por todos es sabido que los alimentos frescos son siempre la mejor opción, pero, ¿es nuestra única opción? Las verduras congeladas sufren de una terrible fama que no se sustenta en la realidad.
Te invitamos a conocer más de ellos.
Las verduras congeladas
Las creencias populares no siempre (o casi nunca) están basadas en hechos reales o comprobados, incluso hay veces que ya no son válidas porque surgieron bajo una perspectiva determinada que ha cambiado desde entonces.
Las verduras congeladas sufren de varios mitos que las cubren y que nos han impedido incorporarlas en nuestra alimentación.
Te decimos cuáles son y cuál es la verdad.
¿Por qué creemos que son malas?
En este artículo revelamos los mitos comunes alrededor de ellas y qué es lo que en realidad pasa con las verduras congeladas.
Propiedades y nutrientes. El miedo más común al hablar de verduras congeladas es que van a perder sus propiedades nutricionales, ¿es esto verdad? No. En realidad, a partir del momento cuando es cosechada una fruta o verdura y cuando llega a tu mesa fresca pasan hasta meses, pero un alimento congelado es cosechado, limpiado, cortado y congelado en cuestión de días u horas, haciendo que más bien conserve sus propiedades de forma casi intacta (puede perder algunas vitaminas o elementos, pero del mismo modo que los alimentos frescos lo hacen en el transporte o tiempo antes de su consumo).
Conservadores. La forma de conservar las verduras congeladas es la congelación (incluso se le llama “ultracongelación”), por lo que no se le añade ningún otro tipo de químicos ni conservadores, haciéndolos una excelente opción. De hecho, el proceso de lavado y congelado que tienen las verduras hace que su color quede fijado en este, por lo que se ven tan “brillantes”, sin ningún uso de colorantes, que ha sido otra creencia común. Si hicieras el proceso en casa con una verdura recién cosechada (por ejemplo, de una huerta casera), quedaría igual de colorida.
Preparadas. Este punto es muy importante. Las verduras congeladas ya vienen lavadas y cortadas, pero no tienen sazón adicional, como si las hubieses comprado en el mercado local. Puede que vengan algunas precocidas, pero no aderezadas, así que debes cocinarlas como cualquier otra verdura, con cierto cuidado y las especias correspondientes: sal, pimienta, ajo, tomillo, orégano, etc.
Cómo comerlas
Ahora que sabes lo benéficas que son las verduras congeladas, te damos algunos tips fundamentales para sacarles el mejor provecho.
No las vuelvas a congelar. Antes de comerlas debemos descongelarlas con cuidado, en microondas o, con más tiempo, en el refrigerador. Una vez descongeladas debes consumir todo lo que pasó este proceso; si vuelves a congelarlos entonces sí pueden perder nutrientes, textura y sabor.
Respeta su tiempo. No los mantengas congelados por más de seis meses, debes consumirlos incluso antes de los tres meses si te es posible.
No congelables. Hay alimentos que no se pueden congelar, como la papa, a riesgo de que la textura cambie por completo. Solo toma eso en cuenta.
Ahora que sabes todo esto, puedes incorporar las verduras congeladas con confianza entre tus hábitos saludables. Ahorra tiempo en cortar y lavar las verduras ¡y disfruta tus comidas!
Recuerda que el alimento fresco siempre es mejor, pero para esos días donde no tenemos tiempo, esta alternativa te mantendrá en el camino saludable.
¿Comes verduras congeladas?
Yola Padilla
Creadora del programa “Mente Sana Cuerpo Ideal”
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